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jueves, 3 de octubre de 2013

El robo en la abadía de San Esteban prescribe y no habrá proceso judicial


Los vecinos de la localidad reciben entre cohetes y emoción el arco recuperado.



Caso cerrado. La devolución del arco al Ayuntamiento de San Esteban de Nogales pone fin a la historia de su robo en el 2006 y recuperación por la prescripción del delito. Es decir, que no habrá proceso judicial que determine si existe responsabilidad penal del dueño de la bodega de La Bañeza en la que se instaló ni de las personas a las que, como señala la investigación, podría haberles encargado la sustracción de la estructura. Siete años han pasado entre el hecho y la localización del arco, el pasado fin de semana, en un mesón-bodega de La Bañeza y es un lustro el plazo que determina la ley para juzgar a sus responsables.
Tampoco es necesario, por tanto, que el Ayuntamiento de San Esteban de Nogales, propietario de las ruinas de la abadía de Santa María de Nogales, tramite la recuperación del elemento arquitectónico. Ante esta situación, el arco desmontado llegó ayer al pueblo, donde agentes de la Guardia Civil entregaron a la alcaldesa, María Consuelo Prieto Carracedo, las dovelas, transportadas en un camión desde La Bañeza. La firma de una diligencia para que quede constancia del acto fue el único trámite. Posteriormente, un grupo de vecinos, emocionados, ayudó en las tareas de descarga, para colocar las piedras en dependencias municipales hasta que se decida su destino.
Lo que está claro es que no ha habido en San Esteban tanta alegría, por la llegada de unas dovelas al pueblo. Ya antes de la once de la mañana un pequeño grupo de vecinos se reunió en la plaza Mayor para esperar a los agentes que realizaron la entrega. Ya entonces volaron y tronaron cohetes y alguno más se tiró cuando llegó el cortejo.
Los mismos vecinos que esperaban en la plaza Mayor fueron los encargados de trasladar las piedras desde el camión hasta el emplazamiento elegido como almacén provisional. Algunas de las dovelas resultaban realmente pesadas y, si bien no faltaban brazos fuertes, algunos optaron por compartir la carga con un compañero.
Daños en varias piezas
Los agentes se encargaron de explicar a los presentes la disposición de cada elemento. Numerados del 1 al 29 en el sentido de las agujas del reloj. Al disponer las dovelas se pudo apreciar la rotura en fragmentos de dos de éstas y cómo una de las que forman el marco de base se había cortado con el fin de que las dos piezas obtenidas constituyeran las impostas (los puntos de arranque en los que se asienta el arco) en el restaurante en el que han permanecido siete años.
No faltaron las cámaras de fotos ni los smartphones con los que inmortalizar el momento. «Ya veremos dónde lo ubicamos. Quizá en la plaza. Lo vamos a dejar precioso», manifestaba la alcaldesa, María Consuelo Prieto ante los vecinos. Queda descartado que el arco vuelva a las ruinas del monasterio del císter, donde la maleza ha vuelto a ganar terreno a la zona en la que se intervino y se limpió en el 2004, que sacó a la luz la estructura robada.
El regreso del arco a casa es suficiente alegría en San Esteban de Nogales, pero algunos vecinos lamentan que el presunto delito haya prescrito. «Al menos, podríamos comer en la bodega gratis por lo que nos han hecho», señalaba uno de ellos en tono irónico.


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