Dos ermitas de Castellnovo son objeto de robos y profanación

La habitual tranquilidad de la pequeña localidad de Castellnovo, en la comarca del Alto Palancia, se ha visto truncada ante la profanación y robos en dos ermitas de la población, la de San Antonio y la de San Cristóbal, lugares de inmensa devoción popular, especialmente la primera, de donde los ladrones se han llevado candelabros y la grifería de las mismas. Unos robos que han causado consternación en el pueblo y que se han convertido en el principal tema de conversación de los vecinos durante estos días.

Como ha relatado a Mediterráneo la alcaldesa de la localidad, María Teresa Gonzalvo Llop, en el oratorio de San Antonio, “que tiene una puerta de madera, forzaron la cerradura y arrancaron la puerta para llevarse cuatro candelabros, causando varios destrozos”.

DESPERFECTOS EN EL TEMPLO. “También sacaron fuera unos farolillos que habían en su interior, pero los dejaron tirados en el suelo”, concretó la alcaldesa, que abundó en los desperfectos causados por la profanación del recinto. En el caso de la ermita de San Cristóbal, los ladrones no accedieron a la misma, aunque sí a un almacén anejo accediendo al mismo “reventando el pasador de hierro forjado y los pestillos de los baños con algún objeto punzante para llevarse la grifería”.

“En total, se apropiaron de siete grifos”, especificó la primera autoridad municipal, quien no podía ocultar su estupefacción por los hechos. En este sentido, María Teresa Gonzalvo manifestó: “Cuando vimos lo que había pasado en la ermita de San Antonio pensamos que se trataba de una gamberrada, pero, tras ver lo ocurrido en la de San Cristóbal, descartamos esta hipótesis y pensamos que los autores iban a buscar metal”. “No tocaron las imágenes ni los cuadros ni la talla barroca, de gran valor”, dijo Gonzalvo, quien añadió que se ha presentado la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil.

Desde la Benemérita informaron de que se están investigando los hechos y buscando al autor o autores de estos robos sacrílegos.

Fuente: El Periodico Mediteraneo