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miércoles, 29 de agosto de 2012

Graffitis en la Lonja de Valencia


La Lonja, uno de los edificios emblemáticos de Valencia y uno de los más visitados de la ciudad, ofrece a los turistas una nueva instantánea para sus cámaras. O tres, como las pintadas que hay junto a la fachada principal y las paredes laterales de la calle Cordellats.
 
 
Según denunció ayer el grupo municipal socialista, una de las pintadas lleva más de un mes en la fachada, en concreto, desde mediados del mes de julio. Por ello, el concejal y portavoz adjunto del PSPV, Salvador Broseta, criticó la demora del Ayuntamiento en limpiar el grafiti y recordó que el edificio, considerada una pieza maestra de la arquitectura civil gótica, «tiene más de medio millón de visitantes al año, la mayor parte en verano».
 
El concejal del PSPV también calificó este hecho como una «gamberrada» y «un ataque al patrimonio de todos los valencianos». Como recordaba Salvador Broseta, la Lonja es el único edificio distinguido como Patrimonio de la Humanidad (lo es desde diciembre de 1996) de la Comunitat.
 
Precisamente por ese motivo, y dado que la declaración de la UNESCO implica «grarantizar una protección y una conservación eficaces», el portavoz adjunto del PSPV criticó la ineficacia del Consistorio en dar una solución.
 
Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento de Valencia explicaron que el Consistorio «tenía constancia» de esta agresión contra el edificio de Pere Compte y que los técnicos tienen previsto iniciar cuanto antes los trabajos de eliminación.
 
Las mismas fuentes detallaron que el procedimiento para quitar las pintadas será diferente al empleado con los grafitis, ya que hay que tener en cuenta que se trata de un edificio protegido.
 
Entre 600 y 1.000 euros. El coste de esta intervención podría oscilar entre los 600 y los 1.000 euros, además de que posteriormente los técnicos de Patrimonio deberán revisar el inmueble para ver si hay daños mayores. No es la primera vez que la Lonja es víctima de actos vandálicos, pues ya fue atacada en los años 1986 (el más grave, pues se destrozaron figuras escultóricas), 1997 y 2002.
 
En cualquier caso, y como apuntó ayer la directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (Ivacor), Carmen Pérez, «el mayor coste es la imagen que se traslada a los visitantes. Este vandalismo no beneficia a nadie».
 
Carmen Pérez explicó que en casos de edificios protegidos, al no poder emplear medios mecánicos como los chorros de arena o de agua, el procedimiento habitual es realizar una analítica de la pintura para ver el pigmento. Posteriormente se toman muestras de la piedra para comprobar su porosidad. «Tras esto, ya se puede buscar el disolvente oportuno para la limpieza», detalló la responsable de uno los institutos de restauración de arte más prestigiosos de España.
 
La directora del Ivacor mostró la total disposición de la entidad a «colaborar con los técnicos del Ayuntamiento en lo que necesiten para esta tarea». Asimismo, apuntó que es «complicado» que los grafitis desaparezcan «al 100%» aunque el hecho de que el realizado en la fachada principal, que recae al Mercado Central, «sea en colores amarillo y rojo, y no en negro, hará más fácil su eliminación».
 
 
 

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