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domingo, 29 de julio de 2012

Se sospecha de red de robo de arte sacro en varios Distritos Federales de México


  • La Procuraduría General de Justicia y el INAH lograron en los últimos dos años la recuperación de piezas de dicha índole tras el rastreo de la comercialización de este tipo de arte.
  • Investigaciones realizadas por la PGR señalan la posible existencia de una red que roba y trafica con el arte sacro y precolombino alojado en iglesias y museos comunitarios.
  • Hidalgo, Puebla y Tlaxcala son los estados donde más se comete este delito de repercusión federal, aspecto que hace indispensable la catalogación de estas piezas.
  • En Hidalgo es el Valle del Mezquital y la región del Altiplano donde más se roba el arte sacro, según Cecultah responde a que las condiciones climáticas lo conservan bien.

Autoridades federales sospechan del trabajo de una red especializada en robo de arte sacro y precolombino que actúan en Hidalgo, al igual que en los estados de Puebla y Tlaxcala.

La Procuraduría General de Justicia y el INAH lograron en los últimos dos años la recuperación de piezas de dicha índole tras el rastreo de la comercialización de este tipo de arte, por lo que comenzó la búsqueda de una posible red que impulse esta actividad delictiva.

Particularmente, fue un operativo con cateos en Jalisco, Distrito Federal y Tlaxcala como se consiguió la recuperación de piezas de arte sacro robadas en Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, lo que dio inicio a una investigación más profunda.

En la última de las recuperaciones de arte, las autoridades policiales y antropológicas del país se encontraron con tres óleos de gran formato como El Nacimiento de la Virgen y La Adoración de los Reyes Magos, del siglo XVIII, que habían sido robadas en septiembre de 2008 del templo de Santa Matilde, en Pachuca.

A las que se suma la recuperación de los cuadros titulados Las ánimas del purgatorio, Oración en el Monte de los Olivos y una Virgen de Guadalupe, los tres de la época virreinal, y una talla en madera policromada del siglo XVIII, robada también en 2008 en Hidalgo.

Al respecto, Jorge Vergara Vergara, director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes en Hidalgo, resalta la importancia de la recuperación de estas piezas, pero sobre todo de tener contabilizadas las piezas con este alto valor histórico.
 
Esa parte, la de contar con cuántas piezas de arte sacro se cuenta en Hidalgo, es un proceso que para Vergara representa la principal acción a ejercer para evitar este delito al interior de las iglesias.

“Afortunadamente nos hemos encontrado con una buena cooperación entre ambas dependencias, incluso esperamos que sea este mes cuando se libere un recurso superior al millón de pesos para poder continuar con esta catalogación, misma que ya se encuentra en un 70 por ciento de avance”
Este trabajo que inició Cecultah desde hace once años, se tuvo que reforzar ante la urgencia de terminarlo y tener bases sustentadas para comprobar ante las autoridades cuándo una de estas piezas es robada, o incluso cuando es localizada en galerías de arte en el extranjero.

Uno de estos casos sucedió con una pieza del siglo XVI que ya estaba en posesión del Museo de Arte de San Diego, en California, y que había sido robada del templo de San Juan Tepemazalco en Zempola, y que gracias al catálogo se pudo comprobar la pertenencia y ser restituida a la iglesia.

Durante la elaboración de este inventario, se ha podido identificar las zonas donde más se corre riesgo de que sean sustraídas estas piezas antiguas, lo que permite a ambas instancias sugerir las medidas a seguir por párrocos y las diócesis, con la finalidad de garantizar su resguardo.

“Por condiciones climáticas principalmente, identificamos a las regiones del Altiplano y del Valle del Mezquital como las zonas donde mejor se conservan estas obras, son climas con poca humedad y de clima templado, y es por eso que se insiste en que las iglesias, que tienen la responsabilidad de resguardarlas, mejoren sus condiciones de seguridad” señala el funcionario.

Si bien es imposible para estos templos adquirir sistemas de alarmas y circuitos cerrados de televisión para su seguridad, como sucede en Europa, sí es posible conseguir que los mismos feligreses se conviertan en guardianes de sus imágenes.

Esto además de insistir en medidas al alcance de las parroquias, aspecto donde más se trabaja por parte de las instituciones, pues se deben capacitar a las cuadrillas de catalogadores para identificar las piezas con valor histórico, fotografiarlas, y asignar una nomenclatura para llevar el registro de las imágenes y retablos.


Fuente: Milenio

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