Cuando el artista Osvaldo Tanzola (66) llegó el sábado a la mañana a su taller donde dicta clases desde hace cincuenta años, en la esquina de las calles 11 y 165, en Berisso, se encontró con una novedad desagradable.
La primera imagen con la que se topó fue la puerta del lugar completamente rota. “Hasta rompieron la tranca para poder entrar”, contó Osvaldo indignado.
Ningún vecino oyó ni vio nada sospechoso y los delincuentes habrían llegado a pie. “Si venían con algún vehículo se llevaban todo”, dijo la víctima.
Cuando el artista entró al lugar, descubrió que había dos obras suyas que faltaban. Pero en ese momento comenzaron las sospechas de que los ladrones conocían bien qué era lo que iban a robarse.
“El primer cuadro estaba enmarcado en vidrio, cerca de la entrada. La otra pintura que se llevaron estaba en el extremo opuesto, en un lugar oscuro”.
Según el damnificado, son obras de un alto valor sentimental, más que comercial.
“Podrían haberse llevado cuadros más grandes o llamativos. Además, hay otros cuadros tal vez más premiados, que no se robaron. Esto me da la pauta de que los ladrones sabían bien lo que buscaban, pero que tampoco son expertos en arte”, explicó.
En el taller de su Instituto, Osvaldo atesora varias obras suyas y de otros artistas.
“Esto no le va a sacar el hambre a nadie. Me hicieron un daño irreparable”, concluyó.
Fuente; El Día
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