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domingo, 15 de enero de 2012

El robo de obras de arte y su tráfico en el marcado negro


“Obras supuestamente quemadas en la Guerra Civil están en Nueva York decorando casas”

El robo de obras de arte parece estar incrementándose en los últimos años. La crisis afecta a todos y en cualquier ámbito, lo que hace que muchos ladrones hayan visto en esta opción una forma perfecta para ganar grandes cantidades de dinero. También muchos millonarios ven en la compra de estas obras una inversión segura en momentos en los que la Bolsa o la deuda soberana pueden no ser una buena elección.

El tráfico ilegal de obras de arte es ya la tercera en la economía negra, sólo detrás de las armas y las drogas. Así lo asegura a El Confidencial José Luis Corral, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza y autor del libro El Códice del Peregrino (Ed. Planeta), que señala que, aparte de grandes piezas de autores muy importantes, “suelen robarse mucho pequeñas obras de arte de un valor en torno a los 200.000 euros porque tienen más salida en el mercado negro”.

Uno de los problemas actuales para encontrar ciertas obras robadas son los millonarios de los países emergentes. “Antes eran los europeos los que compraban las piezas, pero ahora son los rusos, chinos y los de países de Oriente Extremo como India o Singapur”, asegura el escritor. “En esos lugares se pierde la pista. En Moscú es imposible que lo descubran y una obra puede tirarse siglos en casa de un coleccionista”, comenta.

Corral alerta de que “se está creando un mercado negro impresionante” y alude a la desaparición de obras de los países que pertenecían a la URSS tras la descomposición de ésta por los saqueos que hubo, el robo de más de 3.500 obras de arte en Iraq durante la inclusión de las tropas internacionales, etc.

José Luis Corral también comenta que en este momento las piezas arqueológicas que podemos encontrar en cualquier punto de la geografía española están siendo las grandes perjudicadas en este sentido porque son sustraídas por ladrones amateurs que en muchos casos las destruyen para poder llevársela.“En cualquier mercado de antigüedades podemos encontrar monedas, mosaicos, etc. que no están catalogadas y, por tanto, no pueden ser denunciadas como robos”, afirma.

Pone como ejemplo la falta de seguridad de iglesias rurales, de muchos archivos y bibliotecas parroquiales, donde cualquiera puede sustraer un documento de importancia. “Tú puedes entrar, coger un cuadro, meterlo en la mochila y robarlo”, comenta.


Arte español repartido por el mundo

La cuestión es que existen multitud de obras de arte que no están catalogadas o que se dan por destruidas. El catedrático de Historia Medieval explica que “hay museos norteamericanos, franceses o holandeses que están llenos de arte español de dudosa procedencia”.

Como señala, “en los años 60 en algunos pueblos de España era frecuente la figura del americano, que se encargaba de comprar y vender piezas artísticas con particulares o curas, que necesitaban el dinero” y veían en esto una oportunidad ante la miseria de la época.

Estas obras fueron posteriormente adquiridas por museos extranjeros y al no estar confirmada su procedencia, no pueden ser denunciadas o devueltas a su país de origen, y es muy difícil encontrarlas.
Corral también da a conocer que “algunas obras de las que se dijo que habían sido quemadas durante la Guerra Civil están decorando apartamentos de Nueva York”. Asegura que no sólo se trata de cuadros, sino de cualquier tipo de pieza como “artesonados mudéjares” de gran valor artístico y económico.

El autor de El Códice del Peregrino (Ed. Planeta) considera que aún en la actualidad “la seguridad tiene que mejorar”. “En España se ha avanzado mucho en los últimos 20 años, más que en Francia o en Italia”, pero hay que seguir por ese camino, afirma.

José Luis Corral pone Italia, “donde se roba una obra al día” como ejemplo de“paraíso de los ladrones”. Suiza sería, a su juicio, “el lugar fundamental para la distribución de estas obras”.
El misterio del robo del Códice Calixtino

La falta de seguridad es, según dice, una de las causas por las que se pudo robar hace seis meses el Códice Calixtino de la catedral de Santiago de Compostela. El catedrático de Historia Medieval establece diferentes teorías para justificar este robo.

“La primera sería que se quiera vender y sacar dinero, pero es algo muy difícil de vender en el mercado negro”, dice. Las obras que son muy conocidas o que pertenecen a autores muy importantes es complicado que sean adquiridas de forma ilegal por la fama de las piezas. Pone como ejemplo,la devolución hace unos días de L’Olympia, un cuadro de René Magrittesustraído en 2009, por la imposibilidad de venderlo.

Otra opción “sería un robo por encargo de algún coleccionista, que seguramente será fetichista, por parte de unos ladrones profesionales que se sirvieron de la ayuda de alguien de dentro de la catedral”. Estos casos son difíciles de resolver, ya que, como antes se mencionaba, muchos coleccionistas de países emergentes se hacen con las obras sin que nadie sepa nada en mucho tiempo.

La tercera teoría correspondería a “una venganza interna por unas supuestas rencillas entre personas de la propia catedral”. Aquí sigue presente la opción de que alguien de dentro ha tenido que verse involucrado para realizar un robo de estas dimensiones. “Sería un hurto, que no es lo mismo que un robo, y se habría hecho para poner a alguien entre las cuerdas”, dice Corral.

El escritor comenta que “si aparece pronto la respuesta estará en esta última opción” y si tarda años en encontrarse o nunca se llega a recuperar, se deberá a que está en manos de algún coleccionista.
Respecto a la teoría que cuenta en su novela sobre que el Códice contiene un texto oculto sobre la historia encubierta de Jesucristo que si se conociese podría liquidar parte de la tradición cristiana, Corral comenta que es parte de la ficción de su obra. Sin embargo, sí reconoce que “en octubre la Policía manejó la posibilidad de que el manuscrito del siglo XII se encontrase en Roma”, aunque las razones de esta teoría son desconocidas.

José Luis Corral explica que a la hora de robar una obra de arte hay todo tipo de casos, “desde coleccionistas que han sido capaces de robar en el Louvre, hasta ladrones que devuelven obras ante la imposibilidad de venderlas comoel caso del Retrato del Duque de Wellington de Goya, sustraído en 1961 de la National Gallery de Londres.

Sobre el robo este pasado lunes del cuadro de Picasso Cabeza de mujer de un museo griego,  Corral considera que “por el modus operandi, habrían sido unos ladrones chapuceros, ya que reventaron la puerta” y los profesionales de la materia “se cuidan de no dejar pistas”. Éste cuestiona, además, que puedan llegar a vender el Picasso en el mercado negro por las dificultades que tendrán al ser un cuadro conocido de un autor muy reconocible.


Fuente: El Condifencial

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