El SEPRONA detiene a un armador por robar un cañón del siglo XVII

El Seprona de Arteixo detuvo este sábado a un armador de Corme por apoderarse de un cañón del siglo XVII, que había extraído del fondo marino con las redes de su barco. Los agentes de la Guardia Civil fueron alertados de lo sucedido por un particular el pasado mes de enero y, después de una prolongada y laboriosa investigación, dieron con el artefacto en una nave de Ponteceso.

La primera inspección les ha permitido determinar que se trata de un cañón de tipo medio culebrina, fundido probablemente hacia el año 1800. Sin embargo, el instituto armado ya ha puesto la información disponible en conocimiento del servicio de Patrimonio Histórico de la Xunta de Galicia, «para que los técnicos procedan a una catalogación definitiva de la pieza incautada», según informan los guardias en un comunicado.

Hasta el momento, el armador no ha desvelado el punto exacto en el que izó el artefacto a bordo de su barco, aunque los datos que maneja el instituto armado permiten determinar que fue entre Corme y las islas Sisargas, que es la zona en la que habitualmente faena esta embarcación, dedicada a la pesca de bajura.

Aunque el detenido está imputado por un delito contra el patrimonio histórico, fuentes próximas al caso aseguran que no se le podrá imponer una pena en su tipo más grave, dado que cuenta con algunos atenuantes a su favor. El más importante es que en ningún momento trató de poner en el mercado el cañón y tampoco hizo ademán de obtener un enriquecimiento ilícito con la pieza intervenida.

En cambio, sí incumplió su obligación de poner lo sucedido en conocimiento de la Capitanía Marítima e indicar con detalle el punto en el que se llevó a cabo el izado, para que los técnicos pudiesen determinar si hay algún pecio en esa zona o si resultaría oportuno llevar a cabo algún estudio al respeto.

Esas mismas fuentes también dudan de que el armador disponga de los conocimientos y los contactos suficientes para vender el artefacto, que podría alcanzar un alto valor en el mercado clandestino de antigüedades.

No es la primera vez que un vecino de la Costa da Morte se apodera irregularmente de un artefacto de origen militar. En el año 2005, un residente de Mórdomo, en Traba de Laxe, empleó una mina naval como ornamento del muro perimetral de su vivienda.

En septiembre del 2007, un operario de un desguace de Carballo resultó herido cuando trataba de abrir con un soplete un proyectil de guerra que le vendieron como chatarra.

Fuente: La Voz de Galicia