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viernes, 11 de enero de 2013

El fiscal pide cuatro años de cárcel para los acusados del expolio de la Fuencisla (Segovia)



Un año ha sido más que suficiente para aclarar, casi en todos sus detalles, el robo que mayor conmoción, perplejidad y enfado ha causado en la sociedad segoviana y que, aunque con final feliz, ha vuelto a poner en la picota las medidas de seguridad del patrimonio religioso y cultural.
Cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario del expolio en el Santuario de la Virgen de la Fuencisla, patrona de la ciudad, la Fiscalía de Segovia ha presentado la petición de pena para los dos acusados por el robo de la corona de la imagen de la Virgen de la Fuencisla, así como la del Niño que sujeta en sus brazos. Cada uno de ellos se enfrentan a una condena de cuatro años de prisión como presuntos autores de un delito que el ministerio público califica de robo con fuerza de cosas de valor histórico, artístico y cultural.
El fiscal pide también que los acusados, que estuvieron en prisión provisional desde el 27 de enero hasta el pasado 18 de junio, indemnicen, conjunta y solidariamente, a la Diócesis de Segovia con 36.503 euros por los daños causados en la imagen y los efectos sustraídos.
Según el relato de hechos de la acusación, entre las 7:30 y las 9 horas de la mañana del 20 de enero de 2012, los acusados se encontraban en el exterior del Santuario de la Virgen de la Fuencisla con la finalidad, conforme al plan que previamente habían establecido, de entrar y apoderarse, «para obtener un beneficio patrimonial ilícito», de las coronas y del globo terráqueo de la imagen de la Virgen y el Niño. «La imagen, que se venera por los feligreses y es la patrona de la ciudad, se puede datar entre el último tercio del siglo XV y primero del XVI, tiene un gran valor histórico, religioso, cultural y patrimonial. Destaca, a simple vista, el valor de los efectos que los acusados decidieron sustraer, que contienen oro y piedras preciosas», según detalla el relato del fiscal.
Mientras uno de los acusados se quedó en el exterior del Santuario vigilando para asegurarse de que nadie les sorprendiera, el otro entró en el interior y accedió, tras trepar y saltar por la verja de diez metros que, cerrada, separa la zona de los feligreses del altar, al lugar donde se encuentra la imagen, a unos ocho metros del suelo.
En una bolsa de deportes
Tras acceder a la Virgen y el Niño cogió, después de desenroscar una palomilla y quitar una aureola de plata, las coronas. Además, fracturó la mano izquierda del Niño para llevarse el globo terráqueo que este portaba. Seguidamente, introdujo la aureola, las coronas y el globo terráqueo en una bolsa de deportes y salió, tras trepar de nuevo por la verja, al exterior, donde le esperaba el otro acusado.
Ante el temor de que los hechos fueran descubiertos, ya que era casi la hora habitual de llegada de feligreses al templo, decidieron esconder rápidamente los efectos, para que no los encontrase la Policía en su poder, entre unos arbustos que hay en un camino cercano, entre el Arco de la Fuencisla y el puente de madera cercano al mesón San Pedro Abanto. Durante el trayecto, los acusados perdieron, cerca del quiosco del parque de la Fuencisla, la aureola de plata, que fue encontrada por la Policía sobre las 9:30 horas.
Tras varios días de investigaciones y vigilancia de los acusados, en la mañana del 24 de enero la Policía encontró entre los arbustos la mochila con las coronas y el globo terráqueo sustraídos, indica el ministerio público.
Todos estos hechos trajeron como consecuencia diversos daños en los efectos sustraídos y en la imagen de la Virgen de la Fuencisla. En concreto, en la talla aparecieron, a causa del escalamiento y de la presión ejercida, varias grietas en la policromía, que se tuvieron que restaurar.
También se tuvo que reponer la mano del Niño, lo que supuso un gasto de 33.400 euros. Asimismo, se causaron diversos daños en las coronas y en la filigrana y cruz del globo terráqueo, cuya restauración ascendió a 3.103, 4 euros. Los daños han sido reclamados por la Diócesis de Segovia, que es la propietaria de la imagen dañada.
La corona de la Virgen de La Fuencisla fue donada en 1603, con motivo de la inauguración del santuario, por el gremio de médicos, boticarios, cirujanos y barberos de Segovia, que pagaron 8.000 reales de los de entonces. La del Niño es una pieza de 1663 que fue donada por Antonio de Paradinas y Constanza de Navas, y la aureola, de 1703, es obra del platero Pedro Anagón, que la realizó con los aprovechamientos de objetos inservibles y restos de oro y pedrería de colores. Con motivo de su coronación canónica, a la patrona de Segovia le fue regalada otra corona en 1916, pero se encuentra depositada en una caja fuerte en una entidad bancaria.
Compleja restauración
Tras el robo, la Virgen de la Fuencisla recuperó su esplendor en el Centro de Restauración y Conservación de Castilla y León ubicado en Simancas. El complejo proceso al que se sometió la escultura de madera de pino silvestre fue mucho más allá de la reparación de los desperfectos ocasionados durante el robo y se extendió a acondicionar una pieza sometida al desgaste de cinco siglos de exposición a la devoción popular.
El estudio histórico y científico sobre su estado de conservación se complementó con la reparación de la policromía, eliminando anteriores repintados (uno de los daños más comunes de la imaginería religiosa) así como una grieta de gran tamaño. Con todo, las zonas donde más ha sufrido la talla son las que han estado más expuestas al roce de las vestiduras. De hecho, los técnicos del centro han ideado un sistema para evitar que la figura de la Virgen sufra daños durante el proceso de manipulación al que se somete cada vez que se le cambian ropajes ceremoniales o se mueve de lugar. Así, se le ha realizado una restauración preventiva, de forma que se pueda manipular sin que la policromía sufra deterioros con el roce o el contacto con alfileres de los ropajes», explicaron los restauradores.


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