Se trata de la batería baja de Galvanes, de origen napoleónico, situada en el monte Buciero en Santoña (Cantabria) y declarada Bién de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento por ministerio de la Ley de Patrimonio Histórico español en 1992.
Ya en el mes de febrero apareció pintada por unos dieciséis grafitis en su muro principal. A raíz de ello el Ayuntamiento de Santoña le trasladó a la Dirección General de Cultura del Gobierno de Cantabria un informe acompañado de una denuncia, a la vez que solicitaba asesoramiento al Servicio de Patrimonio Cultural para reparar los actos vandálicos. La realidad siete meses después es que no se ha producido movimiento alguno para restaurar el patrimonio deteriorado.
Recientemente, hace escasos días, se han vuelto a producir estos desagradables incidentes con una docena de pintadas moradas, lo cual ha sido puesto en conocimiento de la Guardia Civil. Esperemos que la administración competente se lo tome esta vez más en serio y se tomen las medidas primero para restaurar el Patrimonio Cultural y después para sancionar a los delincuentes.
Fuente: Tanea
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