Los templos registran la sustracción de cálices, patenas, copones y dinero de las limosnas y presentan desperfectos . Los vecinos custodian objetos litúrgicos para evitar más hurtos.
Cinco iglesias del Ayuntamiento de Abegondo y dos de Carral sufrieron robos en
los últimos veinte días. Los templos registraron la sustracción de cálices,
patenas, copones y dinero de las limosnas de algunos de los templos, además de
algunos desperfectos. El cura responsable de cinco de los santuarios, Fernando
Isorna, asegura que varias casas de particulares de la comarca también han sido
atracadas en los últimos días.
La primera iglesia que sufrió un hurto fue la de Cerneda. "Forzaron la puerta y entraron. Se llevaron el cáliz, la patena, el copón del sagrario y dinero de las limosnas, como tres o cinco euros, porque lo sacamos cada poco tiempo", explica el sacerdote. Días después, Santa Mariña de Beira registró el robo de objetos litúrgicos y "calderillas", que Isorna cifra en entre 5 y 8 euros. La entrada de los autores del robo provocó daños en la puerta aunque, tras fracasar en el intento de abrirla, los ladrones entraron por la ventana, asegura el párroco.
Esta semana, San Martín de Orto, San Pedro de Crendes y San Tirso de Mabegondo fueron también asaltadas. "En San Tirso provocaron destrozos en la puerta", relata Isorna. Las pérdidas no fueron mayores porque, tras los sucesos en iglesias vecinas, el párroco decidió encomendar el cuidado de los objetos de la celebración de la liturgia a los vecinos, que se los llevan a sus casas para evitar más robos.
El cura descarta que las sustracciones respondan a motivos económicos: "Tienen más valor para nosotros que para ellos, porque eso no se puede vender como arte ni nada, y tiene muy poca plata, por lo que el valor económico no es mucho". Isorna señala que ahora tienen que reponer los cálices sustraídos y asegura que el más barato cuesta al menos 150 euros. "Vamos a reponerlos con cálices de cerámica porque cuestan menos y para evitar tentaciones de llevárselos de nuevo", explica el religioso.
Las iglesias de Meangos, Paleo y Requián han sido también asaltadas en los últimos días, narra Isorna, y asegura que también se han producido hurtos en domicilios particulares de la zona. "Los vecinos están indignados, asustados y resignados, porque les puede pasar a ellos. Lo que piden es que no les pille dentro", cuenta el párroco.
La primera iglesia que sufrió un hurto fue la de Cerneda. "Forzaron la puerta y entraron. Se llevaron el cáliz, la patena, el copón del sagrario y dinero de las limosnas, como tres o cinco euros, porque lo sacamos cada poco tiempo", explica el sacerdote. Días después, Santa Mariña de Beira registró el robo de objetos litúrgicos y "calderillas", que Isorna cifra en entre 5 y 8 euros. La entrada de los autores del robo provocó daños en la puerta aunque, tras fracasar en el intento de abrirla, los ladrones entraron por la ventana, asegura el párroco.
Esta semana, San Martín de Orto, San Pedro de Crendes y San Tirso de Mabegondo fueron también asaltadas. "En San Tirso provocaron destrozos en la puerta", relata Isorna. Las pérdidas no fueron mayores porque, tras los sucesos en iglesias vecinas, el párroco decidió encomendar el cuidado de los objetos de la celebración de la liturgia a los vecinos, que se los llevan a sus casas para evitar más robos.
El cura descarta que las sustracciones respondan a motivos económicos: "Tienen más valor para nosotros que para ellos, porque eso no se puede vender como arte ni nada, y tiene muy poca plata, por lo que el valor económico no es mucho". Isorna señala que ahora tienen que reponer los cálices sustraídos y asegura que el más barato cuesta al menos 150 euros. "Vamos a reponerlos con cálices de cerámica porque cuestan menos y para evitar tentaciones de llevárselos de nuevo", explica el religioso.
Las iglesias de Meangos, Paleo y Requián han sido también asaltadas en los últimos días, narra Isorna, y asegura que también se han producido hurtos en domicilios particulares de la zona. "Los vecinos están indignados, asustados y resignados, porque les puede pasar a ellos. Lo que piden es que no les pille dentro", cuenta el párroco.
Fuente: laopinióncoruña.es
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