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domingo, 31 de julio de 2011

El arte religioso, expuesto a expolio en el entorno rural


Las talas, los incendios y la maquinaria pesada
amenazan los petroglifos de Xiabre.
Legados, joyas y obras de arte están a merced de los saqueadores.

No podría repetirse en O Salnés un robo de la envergadura del Códice Calixtino de la catedral de Compostela, más que nada porque, que se sepa, no hay en la comarca ningún legajo que se acerque al valor del más antiguo libro de viajes sobre el Camino de Santiago. Eso no quiere decir que Arousa no cuente con un rico patrimonio, ya sea etnográfico, religioso o incluso documental, porque son muchos los documentos y los tesoros históricos que se guardan en sus iglesias, en sus pazos y en las huellas que los antepasados dejaron en sus tierras. Y ese patrimonio, desde luego, está peor custodiado de lo que estaba el Códice, que aún así pudo ser sustraído de la catedral sin que nadie se percatase hasta días después.

La conservación de esos tesoros históricos obligarían a unas costosas medidas de seguridad que hoy no puede permitirse ni el erario público ni la mayoría de las familias que los guardan en sus librerías o colgados en las paredes de su vivienda. Porque de todo hay en la comarca. Desde valiosos documentos sobre la Guerra de la Independencia archivados en pazos ruinosos a tesoros resguardados en casas rectorales que llevan décadas abandonadas. Y a todo ello hay que sumar el rico patrimonio etnográfico, porque en la comarca hay muchos más petroglifos que los de Bamio y más yacimientos que los de Adro Vello. De hecho, la Consellería de Cultura tiene catalogados 200 en la ría de Arousa, vestigios del pasado que están a merced de la contaminación, del tráfico rodado y de los incendios forestales.


Tráfico ilegal

Ya hubo una llamada de atención el año pasado, cuando el fiscal superior de Galicia habló de una red de tráfico ilegal de objetos religiosos con la que se vinculaba varios robos en iglesias de la comarca, donde se registraron en los últimos diez años una veintena de actos vandálicos en edificios religiosos. Sin embargo, tras un año de investigaciones, la propia Fiscalía descarta la existencia de esas bandas especializadas y achaca los robos a delincuentes comunes.

Fuente: La voz de galicia

 

El robo del Codex Calixtinus ha puesto de manifiesto la necesidad de proteger nuestro rico patrimonio. Obras de arte que en nuestro rural adolecen de medidas de seguridad. En muchos casos ni siquiera sabemos lo que guardan nuestras numerosas iglesias parroquiales, capillas y santuarios.

Las iglesias de la Costa da Morte guardan sobre todo una rica muestra de orfebrería y escultura barrocas, pero en ellas hay obras de arte de singular valor de todos los tiempos y estilos. En general las piezas de plata se custodian por los párrocos en casa particulares, y solo se sacan en las grandes celebraciones. Pero muchos de los santos de los altares al ser imágenes de culto están siempre expuestos. Los templos no tienen medidas de seguridad, ni cámaras. Su robo no es difícil, sólo la ubicación de los templos en los casos urbanos puede frenar a los ladrones. En las capillas y santuarios aislados, las imágenes se suelen retirar hasta las fiestas. Pero la mayor parte de las obras de arte son conocidas, están inventariadas por Patrimonio y no tendrían cabida en el mercado, salvo si se trasladan fuera de España. De hecho muchas obras se perdieron en los últimos años.

Por ejemplo en Soneira desparecieron entre otras obras de platería: el cáliz, pie de cruz, dos botafumeiros y naveta de Carreira; biril de Baio, relicario de Salto, naveta y botafumeiro de Treos; cruces de Pazos, Vimianzo, Nande, Gándara, Zas, Borneiro, Cánduas, y otras doce obras de gran valor material y de arte. Imágenes desaparecidas estaban en Ponte do Porto, Santa Comba, Corcubión, Borneiro, Tines, Cambeda. Los libros, algunos del siglo XVI y con piezas de música sacra singulares (Ponte do Porto), en general se custodian en San Martiño Pinario.

El valor patrimonial de nuestro arte religioso es muy alto. En Serramo se custodia la cruz románica más antigua de Galicia, del siglo XII y de origen templario. Solo hay una similar en Galicia.

Muxía guarda una virgen gótica en su parroquial, Ozón una Santa Catalina y Fisterra su famoso Santo Cristo, del XIV. Románico es el singular crismón de Leis. Renacentista es la imagen de la virgen de Castrobuxán. Tallas de Miguel de Romay orlan el retablo del Santuario da Barca de 1717, y la capilla del Cristo de Fisterra, de 1721. El barroco tardío llenó de esculturas nuestros templos. José Gambino dejó imágenes de su taller en Calo y Lamas. El gran maestro Ferreiro en sus retablos de Camariñas y Ponte do Porto. Castro Agudín en Salto. Ignacio Martínez de Troitosende en Baio, Soesto, Laxe, Tines. Vicente Estévez en Salto. La pila bautismal de Moraime está en el pazo de Meirás, y un busto de Asorey en ese cementerio muxián, a la intemperie.

Plateros de primer orden dejaron obras en la zona, como Jacobo Pecul (Gándara, Roma, Nande, Traba, Carreira), José María Castro (Carreira). O nuestro Juan Pose de Soesto (Cesullas, Borneiro), que realizó el cuadro en plata de Felipe V y esposa. Regalado a los reyes en 1704.

Jacobo piedra dejó muchas piezas en Salto. Platero destacado fue el napolitano Blas Espín (Blase Espínola), vecino de Ponte do Porto, que entre 1786 y 1830 dejó obras como el cáliz de Ponte do Porto, las cruces de Nande, Ponte do Porto, Camariñas, Leis. Los botafumeiros de Baio, Leis, Camariñas, Ponte do Porto, Carantoña. Biriles de Traba, Vimianzo, Ponte do Porto. Navetas de Baio, Camariñas, Ponte do Porto, o el relicario de Carantoña, entre otras. Francisco Antonio Rodríguez trabajó en Duio, Lira. Ángel Piedra en Gándara. Amigo Alfeirán en Canduas.

Si bien el arte religioso de Soneira y Nemancos cuenta con inventarios y publicaciones, menos conocido es el de Bergantiños y Xallas. Las iglesias de Santa Comba, con numerosas piezas de escultura y platería necesitan una urgente catalogación, salir del ostracismo.

En Bergantiños tenemos la obra del escultor Bartolomé Fernández en Razo. Cristóbal da Pena, de Cerqueda, en la capilla mayor de Cances de 1762. El platero Jacobo Pecul en las iglesias de Lema, Brantuas. También hizo obras para el prior de Soandres, el abad de Anllóns, el conde de Maceda. Francisco Antonio Rodríguez trabajó e en Xaviña. Mens y Soandres son dos joyas llenas de arte.

En Xallas, territorio apenas estudiado, en 1748 Domingo Antonio Loriga y España cobra 4250 reales por las imágenes de Santiago Peregrino, Santa Lucía y la virgen María de Alón. Jacobo Pecul compuso la corona de la virgen en Alón, en 1794. Las ampollas de Céltigos, en 1805, o la cruz de San Pedro de Santa Comba en 1816. Francisco Antonio Rodríguez, el copón de Santa Comba en 1756. Freixeiro es la joya xalleira.

Aún quedan muchos maestros artistas de la zona para reivindicar y estudiar su obra, como el arquitecto Juán López Freire, nacido en Cereixo en 1731, que en el siglo XVIII planeó y fue director de obras en Santiago, nada menos que del Pazo de Raxoi, la capilla de Ánimas, el convento de la Enseñanza, Santa María del Camino, San Miguel dos Agros. Su hijo del mismo nombre, premiado como arquitecto en la Real Academia de San Fernando. Fray Martín de Irala, de Muxía, grabador. Los escultores Gregorio y Jacobo de Lema, de Traba. El entallador Juan Antonio Martínez de Vimianzo. El platero Jerónimo Guzmán de Cereixo. Diego de Rial, pintor de Corcubión. Domingo García, escultor de Ser en Santa Comba en 1754.

Artículo de Rafael Lema
Fuente: Anosacosta.es

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