El equipo de operarios que quita los grafitis supone 170.000 euros al año y desde enero han tenido que borrar más de un centenar en toda la ciudad
«Gracias por cada sonrisa. Eres todo en mi vida. Te Amo». Unas palabras llenas de romanticismo que ayer fueron borradas del Baluarte de la Trinidad donde habían sido pintadas en negro sobre la muralla del siglo XVII. Esta operación cuesta entre 3.000 y 4.000 euros, ya que eliminar un grafiti de un monumento es una operación delicada. El problema es que en los últimos meses escribir en los baluartes se ha convertido en una moda muy costosa.
El Ayuntamiento de Badajoz destina una partida de 170.000 euros al año para contar con un equipo especial que borra pintadas y realiza otras tareas como limpiar manchas de grasa y quitar chicles pegados al suelo. En lo que va de año estos operarios han realizado 250 intervenciones en la ciudad, la mitad por pintadas lo que supone que han borrado más de un centenar este año.
El equipo está compuesto por dos operarios especializados y un hidrofurgón, es decir, equipado con una bomba de agua. Uno de sus mayores retos son los grafitis en los monumentos que son muy difíciles de eliminar y especialmente costosos. El concejal delegado de Limpieza en el Ayuntamiento de Badajoz, Antonio Ávila, calcula que si se pudiese cobrar el coste a los autores estaría entre 3.000 y 4.000 euros.
La dificultad para borrar estas pintadas se debe a que la piedra es porosa y absorbe el pigmento. Por esa razón se emplea un método especial. En primer lugar se aplica un producto que disuelve la pintura y que resulta muy caro. Posteriormente los operarios borran la escritura con un chorro de agua caliente a presión. En muchos casos el proceso debe repetirse hasta tres o cuatro veces para que la muralla quede sin rastro alguno. Estas zonas limpiadas pueden verse en muchos lugares de los baluartes ya que contrastan con el resto del lienzo abaluartado.
Existen otros métodos para borrar las pintadas, como el chorro de arena a presión, pero no se puede usar en los monumentos porque resulta demasiado erosivo.
En los últimos tiempos este equipo de limpieza ha estado especialmente presente en las murallas de la ciudad porque hay un movimiento creciente por escribir en estas zonas protegidas. Ávila recuerda a este respecto que las sanciones para los implicados son muy costosas.
«Deben ser sanciones ejemplarizantes. La gente debe aprender a proteger el mobiliario y especialmente las zonas históricas», asegura el concejal de Limpieza.
El responsable de una pintada en un monumento se enfrenta, en primer lugar, a una multa de 750 a 1.500 euros por violar el Reglamento de Limpieza del Ayuntamiento de Badajoz. A esto se suma que debe pagar el coste de la reparación y además puede ir a juicio por atentar contra el patrimonio.
El Código Penal establece en su artículo 321 que «los que derriben o alteren gravemente edificios singularmente protegidos por su interés histórico, artístico, cultural o monumental serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años, y multa de doce a veinticuatro meses». Así mismo añade: «En cualquier caso, los Jueces o Tribunales, motivadamente, podrán ordenar, a cargo del autor del hecho, la reconstrucción o restauración de la obra».
En Badajoz ya ha habido algunos multados por esta razón. El último fue un joven que fue localizado en julio mientras escribía 'Te quiero mechas rojas' en el Parque de la Legión. De nuevo una declaración amorosa que le saldrá muy cara. Poco antes fueron sancionadas dos menores por pintar en la zona de muralla llamada Parque Infantil y presumir posteriormente en las redes sociales.
Para evitar estos comportamiento el Ayuntamiento hará una campaña para pedir a los ciudadanos que respeten en general la normativa de limpieza. Ávila añade que también solicitarán que denuncien a los infractores, ya sea ante la Policía o en la Concejalía. El concejal incluso ofrece su email para aportar denuncias: amavila@aytobadajoz.es.
Fuente: Hoy
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