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domingo, 3 de junio de 2012

Esta vez los ladrones se han llevado una sorpresa


Las piezas, valoradas en unos 36.000 euros, estaban en el Centro de Interpretación de Guadamur.

Cuando la primera pareja de la Guardia Civil llegó al Centro de Interpretación de Guadamur sobre el tesoro de Guarrazar, los ladrones ya habían volado. Habían pasado apenas 20 minutos desde que saltó la alarma, pero los delincuentes fueron muy rápidos, porque iban a lo que iban: las piezas del tesoro arqueológico compuesto por coronas y cruces votivas que los reyes visigodos españoles ofrecieron en su día a la Iglesia.

Lo que se desconoce es si los cacos sabían que las seis coronas robadas son en realidad reproducciones de las originales. En cualquier caso, las copias sustraídas no son ninguna ganga, ya que el Ayuntamiento pagó 36.000 euros por ellas (la primera en 2005). Son reproducciones en latón bañado al oro y repujado, con incrustaciones de supuestas piedras preciosas (en realidad, cristales coloreados) y perlas auténticas.

Nada que ver con las piezas originales de oro repujado, aunque los ladrones debieron de pensar que en sus manos tenían las auténticas, puesto que las copias hechas por los talleres sevillanos Marmolejo son réplicas exactas de las auténticas.

La alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, se recupera poco a poco del mazazo moral que ha sufrido ella y todo el pueblo desde que se conoció el robo. El golpe lo dieron la madrugada del 31 de mayo, sobre la una y media de la madrugada, a pocas horas de que el municipio celebrase un certamen de paellas organizado por el Ayuntamiento.

Reventaron tres vitrinas. Los delincuentes saltaron la valla perimetral del Centro de Interpretación, accedieron al edificio forzando la puerta principal y reventaron las alarmas y los sensores de movimientos. Por el modus operandi, los ladrones —posiblemente tres, dado el número de huellas de calzado halladas en el lugar— seguramente no eran inexpertos. Reventaron tres vitrinas para llevarse las reproducciones de seis coronas, entre ellas las de Recesvinto y Suintila. Este era su objetivo, ya que no se llevaron nada más, ni siquiera los ordenadores del centro. Eso sí, los individuos volaron por las salas, ya que cuando llegó la Guardia Civil a los veinte minutos de saltar la alarma, los ladrones ya no estaban.

Se ha barajado la posibilidad de que se trataba de un robo por encargo de algún coleccionista, pero esta hipótesis ha perdido fuerza, ya que por el recinto se han encontrado restos de cadenas y piedras de las coronas sustraídas, con lo que no se descarta que los ladrones actuarán sin la precisión de un cirujano y abollaran las piezas al esconderlas en bolsas de deportes o similares.

A pesar de la «profunda consternación», la alcaldesa no pierde la sonrisa. «Ahora habrá que contar en el Centro de Interpretación la historia de las coronas, su descubrimiento y el robo», ironiza.
El disgusto es grande, «pero Guadamur va a tener salero para tener otras reproducciones», afirma Sagrario Gutiérrez, para quien los ladrones han sido «ignorantes y codiciosos».

La alcaldesa ya ha hablado con los talleres Marmolejo, autorizados por el Ministerio de Cultura para hacer réplicas de varios tesoros en España, con el fin de conseguir otras reproducciones lo antes posibles, siempre que el dinero en las arcas municipales lo permita. De momento, los orfebres sevillanos han asegurado a Gutiérrez que le respetaran los precios que pagaron por las piezas sustraídas. Y la alcaldesa está a la espera de lo que diga la empresa en la que están aseguradas las coronas robadas.

Fuente: ABC

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