La Anunciación (izquierda) y parte de la Visitación (centro) aún no han sido recuperadas. |
Hay aniversarios que escuecen. Jornadas que quedan grabadas en la
biografía de una ciudad. Acontecimientos que encogen el corazón de todos sus
habitantes. Betanzos recuerda este mes el 30.º aniversario de uno de esos
episodios negros, la desaparición de los grupos escultóricos gótico-flamencos
del siglo XV del retablo de Santa María del Azogue. Aquello movilizó a toda la
sociedad civil y política, situó a Betanzos en el mapa internacional por su
condición de víctima de un expolio y aunó a la población ante un mismo objetivo:
la recuperación de las valiosas tallas.
Pese a la nebulosa que genera el paso de tres décadas, la mayoría
de los testigos no olvidan las circunstancias meteorológicas de aquel jueves.
«Hacía un día de perros, lluvioso, frío y con viento», coinciden. José Fernández
era entonces el jefe de la Policía Municipal. Recuerda que un vecino lo avisó al
ver la puerta lateral de la iglesia «mal pechada». «Cando entrei no templo aínda estaba amañecendo, era unha mañá de
feira -señala Fernández-; eu mesmo lle dei o aviso ao
cura». Y también al alcalde, Vicente de la Fuente, quien montó un
gabinete de crisis. «Enseguida nos pusimos a trabajar», apunta el primer regidor
brigantino de la Democracia. Solo un mes después del robo, De la Fuente destinó
125.000 pesetas de las arcas municipales a sufragar gastos de la comisión creada
para la recuperación de las tallas. Entre las medidas tomadas, la comisión
confeccionó una postal navideña con imágenes del retablo y una leyenda de
auxilio: «Todas estas tallas fueron sustraídas [...]. Se agradece información
sobre su paradero». Muy lejos de allí, Erik el Belga repasaba el material
robado. En aquellos años su expolio en el patrimonio nacional llevó a las
fuerzas de seguridad a estrechar el cerco sobre él. Fue capturado en 1982. No
tardó en colaborar para recuperar todo lo robado, y poco a poco casi todas las
tallas volvieron a la iglesia de Santa María del Azogue.
Repique de campanas
En febrero de ese año se recuperaron las primeras piezas, una
entrega que se escenificó entre las más altas instancias, con la presencia del
ministro del Interior, Juan José Rosón, y el arzobispo de Santiago, Ángel
Suquía. Con el paso de los meses la recuperación casi se completó y en la
Nochebuena de 1985 todas las campanas de Betanzos repicaron para celebrar la
llegada y restauración de las últimas tallas. No obstante, el grupo de la
Anunciación, además de la mitad de la Visitación, aún no ha aparecido.
El ministro del Interior acudió a la entrega de las primeras
piezas recuperadas
Fuente: La Voz de Galicia
Os dejo una crónica pormenorizada de lo sucedido tras los primeros momentos del robo realizada por José Manuel Iglesias bajo el título: "El robo de las tallas de Santa maría de Azogue. Crónica de un expolio de valor incalculable"
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